Según un estudio, el riesgo de muerte es más alto en aquellos que tienen diabetes tipo 2 y enfermedades cardiacas que luchan por alcanzar niveles normales de glucosa
Investigadores informan que el control intensivo del azúcar en sangre no beneficia a las personas que tienen diabetes tipo 2 y enfermedades cardiacas, y que incluso podría hacerles daño.
Tratar de mantener los niveles normales de azúcar en sangre de las personas que no son diabéticas puede aumentar el riesgo de muerte en aquellos que tienen diabetes tipo 2 y enfermedades cardiacas en 19 por ciento, de acuerdo con el último análisis del estudio de larga duración ACCORD.
"Este estudio informa que al menos en un periodo de tiempo de cinco años, aunque se mantuvo una reducción en la tasa de infartos se produjo un incremento significativo en la mortalidad",dijo el autor principal del estudio, el Dr. Hertzel C. Gerstein, de la Cátedra de Investigación de la Diabetes del Instituto de Investigación en Salud Poblacional de la Universidad de McMaster en Hamilton, Canadá.
La sigla ACCORD corresponde a las palabras en inglés acción para el control del riesgo cardiovascular en la diabetes.
Este estudio se diseñó para evaluar si las intervenciones intensivas relacionadas con el azúcar en sangre para reducir los niveles de A1C por debajo del seis por ciento beneficiaban a las personas con diabetes tipo 2 y enfermedades cardiacas. La A1C es una medida a largo plazo del control del azúcar en la sangre, y el nivel de A1C aporta entre dos y tres meses de niveles medios de azúcar en sangre. Un nivel por debajo del 6 por ciento, que es considerado normal o no diabético, puede ser difícil de alcanzar para alguien con diabetes.
Las personas reclutadas por el estudio ACCORD tenían entre 40 y 79 años y sus niveles de A1C estaban por encima del 7.5 por ciento al comienzo del estudio. Los voluntarios del estudio fueron asignados de manera aleatoria a un control intensivo del azúcar en sangre o a un programa de control estándar de la diabetes para alcanzar niveles entre 7 y 7.9 por ciento.
El estudio comenzó en 2008 y se suspendió en febrero de 2011 cuando los investigadores se dieron cuenta de que el grupo del tratamiento intensivo tenía un mayor riesgo de muerte.
Para entonces, el grupo de tratamiento intensivo había recibido 3.7 años de tratamiento para reducir los niveles de A1C por debajo del 6 por ciento. El logro de un control estricto del azúcar en sangre a menudo requiere de varias intervenciones, tales como cambios en el estilo de vida junto con un medicamento, medicamentos múltiples o terapia de insulina.
El análisis incluyó cinco años de datos. Para el grupo de tratamiento intensivo, eso significó una media de 3.7 años de tratamiento intensivo, seguido por 1.3 años de terapia estándar.
Al momento de la suspensión del estudio, el grupo de terapia intensiva había experimentado una reducción de 21 por ciento en el riesgo de ataques cardiacos, pero un incremento de 21 por ciento en el riesgo de muerte por cualquier causa.
Después de cinco años, el equipo encontró que el riesgo de ataques cardiacos se redujo en 18 por ciento, pero que el incremento en el riesgo de mortalidad por cualquier causa también persistió. Los participantes del grupo de tratamiento intensivo tenían un riesgo 19 por ciento más alto de morir por cualquier causa, según el estudio, publicado en marzo en la New England Journal of Medicine.
Gerstein señaló que muchos investigadores han tratado de averiguar por qué el control intensivo del azúcar en sangre puede aumentar el riesgo de muerte, y hasta ahora, nadie ha tenido éxito. Entre las causas descartadas se encuentran los bajos niveles de azúcar en sangre (hipoglucemia) y los cambios repentinos en los niveles de azúcar en la sangre.
"Este estudio nos recuerda que siempre debemos ser prudentes. Aunque pensemos que sea lo correcto, a veces nos podemos encontrar hallazgos inesperados", apuntó Gerstein.
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