Modifiquemos nuestras conductas adictivas.
Hablar de adicciones es hablar de conductas adictivasadiccion a internet.
Entre las conductas adictivas más comunes podemos nombrar: la afición por el juego, por la comida, el tabaquismo y/o consumo de diferentes substancias nocivas para el organismo, la promiscuidad sexual, el consumismo compulsivo, la adicción al trabajo, a la televisión, a Internet, etc.
Algunas de estas conductas son altamente peligrosas para nuestra salud física y psicológica y son consideradas condiciones de riesgo de diferentes enfermedades. Un ejemplo típico es la asociación entre tabaquismo y cáncer de pulmón o infarto de miocardio.
En términos muy generales la adicción produce un estado de euforia, con pérdida de control tanto del tiempo como del espacio, y un estado de dependencia psicofísica que limita la vida del individuo y de los seres que están en su entorno.
Las adicciones son consideradas como trastornos psicológicos, en la medida en que provocan:
- pérdida de control o de autocríticaAdiccion al tabaco
- dependencia psicológica
- interferencia en la vida de social e incluso laboral
En muchos casos esa misma conducta que parece provocarnos placer, en realidad está provocándonos mucha angustia. Una angustia que claramente se pone de manifiesto cuando algo nos impide dicha conducta. Por ejemplo, los períodos de abstinencia de ciertas substancias tóxicas.
Y suele suceder que todo esto se acompaña con una pérdida de interés por otro tipo de actividades.
Podemos considerar que, en su origen, la conducta adictiva fue un intento de evitar la angustia, el estrés cotidiano, “los problemas familiares, laborales”. Pero al repetir esta conducta y volverla habitual se transforma en adicción.
Entonces, la gratificación inmediata que nos “calma” se vuelve un fin necesario y perdemos de vista las consecuencias negativas para nuestra salud física, psicológica y social que consideramos de largo plazo. O que “nunca nos llegarán”.
Desde la Psicología de la Salud contamos con la posibilidad de actuar frente al problema de las adicciones, contando en primer lugar con las motivaciones del paciente y, en segundo lugar, (pero no menos importante) con el apoyo de su entorno (padres, pareja, hijos, amigos, etc.).
La medicina y la psiquiatría pueden ayudar con una medicación adecuada y beneficiosa para el alivio de la sintomatología.
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