Publicado el 10.06.2022.
La intervención psicocardiológica en el paciente cardíaco.
Psicocardiología: la psicología de la persona cardíaca.
Autora Dra. Mirta A. Laham.
Salud y enfermedad son un proceso complejo de adaptación en el que confluyen factores biológicos, psicológicos y sociales que se integran en una persona.
Los estados psicológicos influyen significativamente en nuestra salud. Nuestros sentimientos y emociones pueden provocar tanto efectos positivos como negativos en nuestro bienestar físico.
La Psicología de la Salud ha señalado la importancia de los factores psicológicos en el desarrollo de las enfermedades y su recuperación.
La patología coronaria ha sido desde los comienzos de la disciplina un modelo para el desarrollo de una visión pluricausal o multifactorial de las enfermedades bajo el enfoque biopsicosocial que estructura a la Psicología de la salud.
Desde las observaciones de los propios cardiólogos a lo largo de la historia de la medicina a los más recientes estudios epidemiológicos, se reconoce la fuerte incidencia de factores psicológicos y ambientales en su desarrollo y desencadenamiento.
Hoy en día, ya resulta evidente que una persona cardíaca puede presentar factores de riesgo psicosociales diferentes, quizá más propios en algunos casos, que pacientes de otras enfermedades, —como el cáncer, el asma o la insuficiencia renal—. Incluso la incidencia de un mismo factor puede variar su grado de importancia en las diferentes patologías. Estos factores están asociados con la salud psicológica del individuo, tanto premórbida como posterior al evento cardíaco y su impacto emocional.
La Psicocardiologia como enfoque interdisciplinario de la enfermedad cardíaca, ha surgido del contacto cotidiano con el paciente cardíaco. El paciente es el que nos muestra la necesidad de un abordaje psicocardiológico, es quien nos da la clave de su padecer, sus reacciones ante el estrés, sus hábitos a modificar, sus emociones.
La Psicocardiología como rama de la Psicología de la Salud detecta e interviene sobre los factores de riesgo psicosociales que inciden en el desarrollo y desencadenamiento de las enfermedades cardíacas, las secuelas psicológicas y sociales —tanto de la enfermedad desarrollada y sus eventos agudos— y su rehabilitación, que puede verse entorpecida por ambos.
La Psicocardiología, al reunir cardiólogos y psicólogos en un trabajo común, brinda una visión más integral del paciente cardíaco, promoviendo estrategias que tengan en cuenta las necesidades psicosociales del individuo afectado.
Abordaje psicocardiológico de la persona cardíaca
El abordaje psicocardiológico contempla diferentes niveles de intervención, desde la educación y promoción de la salud cardíaca a los programas de rehabilitación de la enfermedad. Cada uno de estos momentos tiene su peculiaridad a considerar y precisa estrategias diferentes de intervención.
Con posterioridad a la aparición de síntomas y/o la ocurrencia de eventos agudos de enfermedad cardíaca la intervención psicocardiológica se vuelve necesaria tanto en la implementación de diferentes estrategias que tienen por objetivo lograr un cambio en la calidad de vida —por ejemplo, la adherencia a una dieta cardiosaludable, el abandono del cigarrillo, la promoción de una vida más activa haciendo ejercicios físicos— como en la contención de una persona que está bajo un gran impacto emocional.
A partir de la diagnosis, o la ocurrencia de un episodio agudo, se produce un cambio a nivel psicológico en la persona afectada.
En primer lugar se genera una gran inestabilidad emocional, el dolor torácico, el diagnóstico médico o, sin preámbulos, el infarto, desquebrajan la omnipotencia de una persona y aparece el miedo en el reconocimiento de su mortalidad.
En el caso de un episodio agudo —como el infarto— la función del psicocardiólogo comienza con la internación de la persona y se prolonga durante su permanencia en el hospital y se continúa, posteriormente, como paciente ambulatorio, en el seguimiento y apoyo de los tratamientos de re-habilitación y reintegración social.
Desde un primer momento, junto a este apoyo emocional ineludible, es importante comenzar con las diferentes estrategias que le permitan al paciente (y a su entorno) comprender de un modo realista su situación asumiendo los pasos a seguir en su rehabilitación.
En una Unidad Coronaria podemos encontrarnos con personas con distinto grado de enfermedad coronaria —desde el dolor anginoso hasta el infarto de miocardio— y personas con diversos trastornos del ritmo cardíaco; algunos de ellos con perspectivas de colocación de un marcapasos; otros con la posibilidad de una próxima intervención quirúrgica de los vasos principales.
Cuando entrevistamos por primera vez a un paciente internado en Unidad Coronaria, que ha sufrido hace unas horas un infarto de miocardio, nos encontramos con una persona bajo un fuerte impacto emocional y que no sabe cuál será el desenlace de este suceso.
En esta etapa la intervención psicocardiológica ayuda al paciente a calmar sus ansiedades de muerte y brinda la contención necesaria para atravesar este duro momento con mayor valentía, poder comprender lo que le está pasando y sentirse libre para preguntar sus miedos más escondidos.
Es muy importante abordar al paciente en forma interdisciplinaria, elaborar un plan de tratamiento considerando las características individuales y diferentes de cada paciente, reconocer las urgencias médicas y emocionales.
La mayoría de las veces, este apoyo se extiende a la familia y muchas veces nos vemos en el papel de intermediario entre el médico y los familiares, dando algún tipo de información, explicando procedimientos, aliviando ansiedades.
En algunos casos, se indica una intervención quirúrgica en forma inmediata —generalmente en estos casos de reciente ocurrencia del evento e internación en la U.C. hablamos de angioplastia— y hay que ayudar al paciente en esta segunda noticia traumática.
Evaluar cómo repercute emocionalmente, el grado de aceptación, la defensa que establece, ayudar a elaborar la noticia en poco tiempo ya que nuestra intervención puede ser una sola, lo importante en esta situación es calmar el miedo y proponerle una actitud positiva, de esperanza, de vida, brindar conocimiento sobre lo que le van a hacer, dar aliento y calma.
Básicamente, para un psicocardiólogo, la psicoprofilaxis quirúrgica tiene un objetivo preventivo que consiste en evitar que la situación de la intervención quirúrgica en el marco de la enfermedad cardíaca constituya un evento traumático para el psiquismo de la persona ya afectada por la diagnosis o el evento agudo y evitar, así, una mayor complejidad en la evolución clínico-quirúrgica de la enfermedad.
Una vez realizada la cirugía, en la etapa post-operatoria habrá que considerar: el control sobre el dolor, la predisposición personal para la más adecuada rehabilitación, el pasaje de la situación de dependencia médica a la autonomía existente con anterioridad al evento quirúrgico, y muy especialmente, la aparición de fobias que impidan enfrentar nuevos tratamientos e intervenciones (restenosis).
Pasada la intervención quirúrgica trabajaremos en el tratamiento psicocardiológico la segunda etapa del alta, con las indicaciones propuestas por el médico, se recomendará el comienzo de la rehabilitación, donde el tratamiento psicológico será de gran importancia para evaluar el estado emocional post-infarto y la dificultad de llevar a cabo los cambios propuestos para su bienestar
Los programas de rehabilitación cardíaca —donde se reúne la intervención médica (cardiológica, nutricionista y kinesiológica) y psicológica— tienen en cuenta, principalmente, a los enfermos coronarios, en tanto ésta es la patología más frecuente, que incluye pacientes con angina inestable, personas que padecieron infarto agudo de miocardio con o sin intervención de angioplastia o cirugía de revascularización, portadores de marcapasos., hasta pacientes trasplantados.
La prevención secundaria de cardiopatías y la rehabilitación cardíaca (RC) constituyen una única estrategia que puede incluir diferentes componentes. Estos pueden incluir tanto los biomédicos en sentido estricto —como el tratamiento farmacológico y el control de factores de riesgo —como los inherentes a la modificación del estilo de vida —control nutricional, programa de ejercicio físico, la educación y consejo, apoyo psicológico y social, el abordaje de estrés y emociones negativas y terapia ocupacional—.
El desarrollo de estos componentes, especialmente los que no son específicos de la medicina, variará según el centro sanitario que implemente la rehabilitación.
Desde la OMS y otras instituciones a nivel internacional se viene exigiendo que estos programas se vuelvan cada día más efectivos, completos y relevantes para reunir las necesidades de aprendizaje de las personas cardíacas en relación a la modificación del estilo de vida.
La rehabilitación cardíaca consiste, básicamente, en modificaciones al estilo de vida.
En este sentido, el objetivo principal de la tarea de un psicocardiólogo en un Programa de Rehabilitación Cardíaca es provocar un cambio en las condiciones ambientales que garanticen la motivación y la adherencia a un nuevo estilo de vida.
El objetivo de estos programas es buscar la mayor reintegración posible de las personas cardíacas a la sociedad. Este objetivo se cumple en la consecución de dos fines: por un lado, la mejora de la calidad de vida, por el otro, la disminución de la ocurrencia de episodios cardíacos, y de la consecuente mortalidad.
Los resultados de cualquier estudio de seguimiento de sujetos postinfartados señalan el pronunciado deterioro físico, psicológico y social posterior al alta hospitalaria. Este deterioro puede relacionarse de modo directo con la reacción psicológica al evento cardíaco mismo.
Tanto la ansiedad como diferentes grados de depresión son muy frecuentes entre las personas que acaban de sufrir un evento cardíaco agudo.
Asimismo, pueden presentarse conflictos familiares y un alto índice de aislamiento social.
Dos tipos fundamentales de disfunción psicológica que se presentan con posterioridad a la ocurrencia de un IAM, son la depresión y la negación de la enfermedad.
La actividad sexual también se ve afectada por el impacto psicológico del infarto.
El peor pronóstico de rehabilitación se asocia en estos casos con la ansiedad, la depresión, la preocupación subjetiva por la salud y, en especial, por la presencia de síntomas somáticos autoinformados.
Si bien el entrenamiento físico se considera beneficioso para los trastornos psicológicos y las modificaciones de pautas de conductas, la educación sobre la salud, la psicoterapia, el manejo del estrés y de la hostilidad, son absolutamente necesarios para una rehabilitación integral de los enfemos cardíacos.
Por esta razón, cada vez con más frecuencia se insiste en la importancia de programas interdisciplinarios de rehabilitación cardíaca que enfatizan no sólo las terapias con medicamentos (beta-bloqueantes, anticoagulantes, etc.) y con ejercicios físicos controlados, o el control nutricional, sino también la inclusión de psicoterapias que reduzcan el impacto emocional negativo de la enfermedad y permitan una reintegración del paciente a una vida social óptima.
Los programas interdisciplinarios de rehabilitación cardíaca incluyen una metodología psicoeducativa de corte cognitivo, que tenga en cuenta los siguientes puntos:
1. El control de las reacciones negativas: disminución de los niveles de ansiedad y depresión.
2. El manejo del estrés: aumentando las habilidades de afrontamiento a situaciones amenazantes
3. La modificación de los llamados “componentes tóxicos” del tipo comportamental A.
4. La adquisición permanente de comportamientos saludables
5. El aumento de las interacciones sociales
Este tipo de programas de rehabilitación tienen como hilo conductor el pasaje de un sujeto pasivo sin control sobre su vida, (el paciente), a un sujeto activo que puede controlar su vida.
Para esto se lo habrá de dotar de estrategias y habilidades que le permitan interactuar y desarrollarse en su entorno, anulando las respuestas ansioso-depresivas y las reacciones de estrés frente a una valoración de las situaciones como amenazantes.
Un programa psicocardiológico se apoya en técnicas de terapia grupal y se implementa a nivel hospitalario, integrando a cardiólogos, nutricionistas, fisioterapeutas y psicólogos en un verdadero trabajo interdisciplinario.
Bibliografía
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Dra. Mirta Laham.
Dra. en Psicología Directora-fundadora del Instituto de Docente titular del Curso de Postgrado del Programa de Actualización: Psicocardiología Facultad de Psicología U.B.A. Docente en la Universidad de Belgrano Facultad de Psicología Cátedra Psicología de la Salud. Evaluadora del Doctorado de la Facultad de Psicología, U.B.A.
Evaluadora de las siguientes publicaciones: Revista Latinoamericana de Psicología, Revista Latinoamericana de Medicina Conductual México y Revista de la Sociedad de Psicología Hospitalaria Brasil.
Organizadora de las Jornadas de Psicocardiología 2007, 2008 y 2009,2010 y 2011
Compiladora de las ediciones de textos correspondientes.
Directora y organizadora de la Jornada Argentina de Psicología de la Salud, 2011.
Creadora de las páginas www.psicocardiologia.com.ar y www.psicologiadelasalud.com.ar
Autora de: Psicocardiología. Abordaje psicológico al paciente cardíaco. (2001) 2da Edición actualizada (2010) Escuchar al corazón.
Psicología cardíaca. Actualización en psicocardiología. (2006).
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